Y un día te despiertas y decubres que tus manos no son tan ágiles como siempre, y levantarte de la cama se ha convertido en un suplicio donde terminas haciendo "la croqueta" hasta llegar al filo del colchón porque la incorporación para sentarte es impensable. Y ves como tus dedos se retuercen poco a poco y las tareas sencillas se convierten en retos....
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